Karla D. Pérez Poleo Caracas colapsó. Creo que eso no lo pone en duda nadie quien transite por sus calles. Si ya en este país era casi tradición ser impuntual, ahora es algo normal. “La reunión en ‘teoría’ es a las 2 de la tarde”, es común escuchar eso, pero la traducción simultanea es: “te dije como a las 2pm para que llegues a eso de 4pm a 4:30pm”. Tenía por costumbre ser puntual, aún lo trato, pero se me hace complicado. Un día en mi vida es levantarse a las 4 a. m., para salir a más tardar a las 4:45 a. m. para agarrar el autobús. “Tranquila, si sales ahorita llegas a tiempo... ¿A quién engaño?”. Intento recuperar unas horas de sueño en el camino. Pero en realidad es tan fuerte la cola para subir de Caracas a Guarenas que recupero tres horas más. “Ve el lado positivo, estas durmiendo meja”. Obstinación. Impotencia. A veces ira, incluso hasta odio. A veces me pregunto ¿y hasta cuanto aguantaremos esto? No veo muy seguro subir desde en Guarenas a Caracas en bicicl...
Conozca cómo algunas cosas insólitas, se convierten en noticias cotidianas en un país llamado Venezuela.