Karla D.
Caracas colapsó. Creo que eso no lo pone en duda nadie quien transite por sus calles. Si ya en este país era casi tradición ser impuntual, ahora es algo normal. “La reunión en ‘teoría’ es a las 2 de la tarde”, es común escuchar eso, pero la traducción simultanea es: “te dije como a las 2pm para que llegues a eso de 4pm a 4:30pm”.
Obstinación. Impotencia. A veces ira, incluso hasta odio. A veces me pregunto ¿y hasta cuanto aguantaremos esto? No veo muy seguro subir desde en Guarenas a Caracas en bicicleta, porque cuando llegue, si es que llego, por lo menos necesitaré un calmante muscular. “Este cuerpito no aguanta eso”.
El hecho es que me cansé. Así como lo estamos todos. En estos días veía con mi pareja un programa acerca de los sistemas de trasportes y cómo en algunas ciudades tratan de manejar el problema del tráfico. Estamos a punto de convertir a Caracas y sus alrededores en un gran estacionamiento.
Nos leemos luego.
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