En mi fanatismo de ponerle nombre a las cosas, le he dado un término a lo que me sucede todas las noches desde febrero de 2014: #YoConfieso que tengo insomnio mediático. Todas las mañanas, me levanto reconciliada con la vida, con entusiasmo para hacer mis actividades y con ánimo para hacer mi mejor esfuerzo para que todo a mi alrededor salga perfecto. Pero, como todo comunicador social y venezolana, al levantarme lo primero que hago es revisar las noticias. Esta acción reiterativa ocurre desde mi infancia, tras mis primeras experiencias políticas y eso de "prende el televisor antes de salir para ver si hay gobierno". Justo tres minutos luego de despertarme, cuando reviso lo que sucede en Twitter, entro en un estado de angustia. Mientras dormía pasaron cosas insólitas: alguien se fue, alguien volvió, heridos, presos, lastimados, declaraciones de autoridades, sentencias, etcétera. A veces no entiendo ni siquiera cuando ocurren, porque horas antes...
Conozca cómo algunas cosas insólitas, se convierten en noticias cotidianas en un país llamado Venezuela.