


Ustedes no imaginan la tristeza que me da mostrarle estas fotografías. Estas imágenes se repiten en varias partes de la ciudad. Yo, caraqueña de pura sepa, cuando hablan más de Caracas, de la inseguridad, del mal trato de las personas, la pobreza mental de sus habitantes y millones de defecto más, a veces no sé que decir.
Lo cierto es, que la mayoría queremos estar en Caracas. No importa que tanto odiemos la ciudad, pero “es el lugar de las oportunidades”. Con frecuencia escuchamos decir: “Yo soy de Maturín (por dar un ejemplo), extraño mi pueblo, mi pueblo es lo mejor, no como aquí, esto es lo peor”. Es cuando me pregunto, ¿qué hacen aquí?, ¿por qué no se van si su “pueblo es tan maravilloso”?
He visto casos que la persona tiene 40 años de edad, de los cuales 30 lo ha paso aquí. ¿Al juicio de ustedes es caraqueño o qué? Porque si pasas la mayoría de tu vida en esta ciudad por más que tenga recuerdos de los otros sitios, has vivido, crecido y probablemente morirás en Caracas.
Lo que le pido es que empiecen a valorar esa ciudad que los dio cobijo, en la que desarrollan sus vidas, pasan la mayoría del tiempo. Siéntase caraqueños por un segundo y no hablen mal de esta ciudad, sino los invito a irse. No son bienvenidos.
“Las colinas” que le muestro en las imágenes son de la parte de la ciudad donde vivo. Son Los Jardines de El Valle. Las tomé desde la ventana de mi apartamento. Tampoco me avergüenzo decirlo, porque llevo 22 años viviendo en la misma zona. Como todos, me gustaría vivir en una mejor zona. Y pronto lo haré. Aquí me hice profesional y con orgullo digo que soy vallera.
Invito a mis paisanos caraqueños a preguntarse ¿cuánto valoran a su ciudad?
Saludos.
Karla D. Pérez Poleo
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