Si tuviese que admitir algunos de mis defectos u obsesiones, sería que soy adicta a estar comunicada con los demás. Creo que un fenómeno que está afectando a más de una persona en la actualidad. Quizás por eso estudié Comunicación Social.
No podemos salir sin el celular; una computadora sin Internet sería solamente una máquina de escribir avanzada; estar sin messenger puede significar estar aislado del mundo; lo primero que haces al abrir los ojos es buscar el celular; es más fácil conseguirte por correo que en persona; no pasas más de dos días sin chequear los correos; y así millones de cosas más.
Tiene sus ventajas y desventajas tener este tipo de adicción. Todo en exceso es malo. Veo preocupación como familiares y amigos pasan horas frente la computadora sin relacionarse con más nadie con sus amigos virtuales y no saben como tratar a los demás en persona.
No sé si sea muy atrevido de mi parte afirmar que quienes establecemos una relación satisfactoria con la tecnología, pasamos nuestro “momento de fiebre”, horas cul… frente a la PC, conociendo personas por Internet, jugando, viendo páginas, etc.
Sin duda hay que establecer un equilibrio. Hay que valorar la comunicación tradicional (hablar con un amigo en un café, con nuestra familia, etc.) y sobre todo aprender a disfrutar de nuestra propia compañía y de los momentos de soledad.
En vez en cuanto es bueno “desconectarnos de la realidad”, apagar los celulares mientras comemos o estamos como esa persona especial, o pasar un fin de semana tranquilo sin el agobio del correo.
Aprovechemos la tecnología, no que ella se aproveche de nosotros.
Karla D. Pérez Poleo.
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